Por Jose Alberto Alvarez Bravo
Daniel Millet Jiménez se nos muere. Morir es el desenlace natural de ese hecho simple e incomprendido de haber nacido.
Nacer, vivir y morir es un ciclo natural e ineluctable, pero ese ciclo se ajusta a un periodo promedio; se dice que la expectativa de vida en Cuba es de 79 años, y Millet tiene 48. Una tumoración cancerosa en el cerebro le pondrá fin a su breve estancia en nuestro mundo finito.
El me dice en un sms que hagamos algo ahora porque después será demasiado tarde. Se sabe que nadie puede hacer nada frente a la muerte, aunque sí se pudiera aliviar la situación de su esposa e hijo, pero nosotros ¿cómo?
Es previsible que cuando sepamos la infausta noticia pongamos, por un instante, cara de circunstancias y digamos: “lo siento, el pobre”, y continuemos con el curso de nuestras vidas. ¿Qué mas podemos hacer?
La sinceridad esta reñida con la diplomacia, por eso no simpatizo con las sutilezas de los diplomáticos, que son una plaga inevitable, como la muerte misma.
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